sábado, 31 de diciembre de 2011

XLV JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ EDUCAR A LOS JÓVENES EN LA JUSTICIA Y LA PAZ



1. El comienzo de un Año nuevo, don de Dios a la humanidad, es una invitación a desear a todos, con mucha confianza y afecto, que este tiempo que tenemos por delante esté marcado por la justicia y la paz.

¿Con qué actitud debemos mirar el nuevo año? En el salmo 130 encontramos una imagen muy bella. El salmista dice que el hombre de fe aguarda al Señor «más que el centinela la aurora» (v. 6), lo aguarda con una sólida esperanza, porque sabe que traerá luz, misericordia, salvación. Esta espera nace de la experiencia del pueblo elegido, el cual reconoce que Dios lo ha educado para mirar el mundo en su verdad y a no dejarse abatir por las tribulaciones. Os invito a abrir el año 2012 con dicha actitud de confianza. Es verdad que en el año que termina ha aumentado el sentimiento de frustración por la crisis que agobia a la sociedad, al mundo del trabajo y la economía; una crisis cuyas raíces son sobre todo culturales y antropológicas. Parece como si un manto de oscuridad hubiera descendido sobre nuestro tiempo y no dejara ver con claridad la luz del día.

En esta oscuridad, sin embargo, el corazón del hombre no cesa de esperar la aurora de la que habla el salmista. Se percibe de manera especialmente viva y visible en los jóvenes, y por esa razón me dirijo a ellos teniendo en cuenta la aportación que pueden y deben ofrecer a la sociedad. Así pues, quisiera presentar el Mensaje para la XLV Jornada Mundial de la Paz en una perspectiva educativa: «Educar a los jóvenes en la justicia y la paz», convencidos de que ellos, con su entusiasmo y su impulso hacia los ideales, pueden ofrecer al mundo una nueva esperanza.

Mi mensaje se dirige también a los padres, las familias y a todos los estamentos educativos y formativos, así como a los responsables en los distintos ámbitos de la vida religiosa, social, política, económica, cultural y de la comunicación. Prestar atención al mundo juvenil, saber escucharlo y valorarlo, no es sólo una oportunidad, sino un deber primario de toda la sociedad, para la construcción de un futuro de justicia y de paz.

Se ha de transmitir a los jóvenes el aprecio por el valor positivo de la vida, suscitando en ellos el deseo de gastarla al servicio del bien. Éste es un deber en el que todos estamos comprometidos en primera persona.

Las preocupaciones manifestadas en estos últimos tiempos por muchos jóvenes en diversas regiones del mundo expresan el deseo de mirar con fundada esperanza el futuro. En la actualidad, muchos son los aspectos que les preocupan: el deseo de recibir una formación que los prepare con más profundidad a afrontar la realidad, la dificultad de formar una familia y encontrar un puesto estable de trabajo, la capacidad efectiva de contribuir al mundo de la política, de la cultura y de la economía, para edificar una sociedad con un rostro más humano y solidario.


Es importante que estos fermentos, y el impulso idealista que contienen, encuentren la justa atención en todos los sectores de la sociedad. La Iglesia mira a los jóvenes con esperanza, confía en ellos y los anima a buscar la verdad, a defender el bien común, a tener una perspectiva abierta sobre el mundo y ojos capaces de ver «cosas nuevas» (Is 42,9; 48,6).


Los responsables de la educación

2. La educación es la aventura más fascinante y difícil de la vida. Educar –que viene de educere en latín– significa conducir fuera de sí mismos para introducirlos en la realidad, hacia una plenitud que hacer crecer a la persona. Ese proceso se nutre del encuentro de dos libertades, la del adulto y la del joven. Requiere la responsabilidad del discípulo, que ha de estar abierto a dejarse guiar al conocimiento de la realidad, y la del educador, que debe de estar dispuesto a darse a sí mismo. Por eso, los testigos auténticos, y no simples dispensadores de reglas o informaciones, son más necesarios que nunca; testigos que sepan ver más lejos que los demás, porque su vida abarca espacios más amplios. El testigo es el primero en vivir el camino que propone.

¿Cuáles son los lugares donde madura una verdadera educación en la paz y en la justicia? Ante todo la familia, puesto que los padres son los primeros educadores. La familia es la célula originaria de la sociedad. «En la familia es donde los hijos aprenden los valores humanos y cristianos que permiten una convivencia constructiva y pacífica. En la familia es donde se aprende la solidaridad entre las generaciones, el respeto de las reglas, el perdón y la acogida del otro»[1].Ella es la primera escuela donde se recibe educación para la justicia y la paz.

Vivimos en un mundo en el que la familia, y también la misma vida, se ven constantemente amenazadas y, a veces, destrozadas. Unas condiciones de trabajo a menudo poco conciliables con las responsabilidades familiares, la preocupación por el futuro, los ritmos de vida frenéticos, la emigración en busca de un sustento adecuado, cuando no de la simple supervivencia, acaban por hacer difícil la posibilidad de asegurar a los hijos uno de los bienes más preciosos: la presencia de los padres; una presencia que les permita cada vez más compartir el camino con ellos, para poder transmitirles esa experiencia y cúmulo de certezas que se adquieren con los años, y que sólo se pueden comunicar pasando juntos el tiempo. Deseo decir a los padres que no se desanimen. Que exhorten con el ejemplo de su vida a los hijos a que pongan la esperanza ante todo en Dios, el único del que mana justicia y paz auténtica.

Quisiera dirigirme también a los responsables de las instituciones dedicadas a la educación: que vigilen con gran sentido de responsabilidad para que se respete y valore en toda circunstancia la dignidad de cada persona. Que se preocupen de que cada joven pueda descubrir la propia vocación, acompañándolo mientras hace fructificar los dones que el Señor le ha concedido. Que aseguren a las familias que sus hijos puedan tener un camino formativo que no contraste con su conciencia y principios religiosos.

Que todo ambiente educativo sea un lugar de apertura al otro y a lo transcendente; lugar de diálogo, de cohesión y de escucha, en el que el joven se sienta valorado en sus propias potencialidades y riqueza interior, y aprenda a apreciar a los hermanos. Que enseñe a gustar la alegría que brota de vivir día a día la caridad y la compasión por el prójimo, y de participar activamente en la construcción de una sociedad más humana y fraterna.


Me dirijo también a los responsables políticos, pidiéndoles que ayuden concretamente a las familias e instituciones educativas a ejercer su derecho deber de educar. Nunca debe faltar una ayuda adecuada a la maternidad y a la paternidad. Que se esfuercen para que a nadie se le niegue el derecho a la instrucción y las familias puedan elegir libremente las estructuras educativas que consideren más idóneas para el bien de sus hijos. Que trabajen para favorecer el reagrupamiento de las familias divididas por la necesidad de encontrar medios de subsistencia. Ofrezcan a los jóvenes una imagen límpida de la política, como verdadero servicio al bien de todos.

No puedo dejar de hacer un llamamiento, además, al mundo de los medios, para que den su aportación educativa. En la sociedad actual, los medios de comunicación de masa tienen un papel particular: no sólo informan, sino que también forman el espíritu de sus destinatarios y, por tanto, pueden dar una aportación notable a la educación de los jóvenes. Es importante tener presente que los lazos entre educación y comunicación son muy estrechos: en efecto, la educación se produce mediante la comunicación, que influye positiva o negativamente en la formación de la persona.

También los jóvenes han de tener el valor de vivir ante todo ellos mismos lo que piden a quienes están en su entorno. Les corresponde una gran responsabilidad: que tengan la fuerza de usar bien y conscientemente la libertad. También ellos son responsables de la propia educación y formación en la justicia y la paz.


Educar en la verdad y en la libertad

3. San Agustín se preguntaba: «Quid enimfortiusdesiderat anima quamveritatem? - ¿Ama algo el alma con más ardor que la verdad?»[2]. El rostro humano de una sociedad depende mucho de la contribución de la educación a mantener viva esa cuestión insoslayable. En efecto, la educación persigue la formación integral de la persona, incluida la dimensión moral y espiritual del ser, con vistas a su fin último y al bien de la sociedad de la que es miembro. Por eso, para educar en la verdad es necesario saber sobre todo quién es la persona humana, conocer su naturaleza. Contemplando la realidad que lo rodea, el salmista reflexiona: «Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para que de él te cuides?» (Sal 8,4-5). Ésta es la cuestión fundamental que hay que plantearse: ¿Quién es el hombre? El hombre es un ser que alberga en su corazón una sed de infinito, una sed de verdad –no parcial, sino capaz de explicar el sentido de la vida– porque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Así pues, reconocer con gratitud la vida como un don inestimable lleva a descubrir la propia dignidad profunda y la inviolabilidad de toda persona. Por eso, la primera educación consiste en aprender a reconocer en el hombre la imagen del Creador y, por consiguiente, a tener un profundo respeto por cada ser humano y ayudar a los otros a llevar una vida conforme a esta altísima dignidad. Nunca podemos olvidar que «el auténtico desarrollo del hombre se refiere a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones»[3],incluida la trascendente, y que no se puede sacrificar a la persona para obtener un bien particular, ya sea económico o social, individual o colectivo.

Sólo en la relación con Dios comprende también el hombre el significado de la propia libertad. Y es cometido de la educación el formar en la auténtica libertad. Ésta no es la ausencia de vínculos o el dominio del libre albedrío, no es el absolutismo del yo. El hombre que cree ser absoluto, no depender de nada ni de nadie, que puede hacer todo lo que se le antoja, termina por contradecir la verdad del propio ser, perdiendo su libertad. Por el contrario, el hombre es un ser relacional, que vive en relación con los otros y, sobre todo, con Dios. La auténtica libertad nunca se puede alcanzar alejándose de Él.

La libertad es un valor precioso, pero delicado; se la puede entender y usar mal. «En la actualidad, un obstáculo particularmente insidioso para la obra educativa es la masiva presencia, en nuestra sociedad y cultura, del relativismo que, al no reconocer nada como definitivo, deja como última medida sólo el propio yo con sus caprichos; y, bajo la apariencia de la libertad, se transforma para cada uno en una prisión, porque separa al uno del otro, dejando a cada uno encerrado dentro de su propio “yo”. Por consiguiente, dentro de ese horizonte relativista no es posible una auténtica educación, pues sin la luz de la verdad, antes o después, toda persona queda condenada a dudar de la bondad de su misma vida y de las relaciones que la constituyen, de la validez de su esfuerzo por construir con los demás algo en común»[4].

Para ejercer su libertad, el hombre debe superar por tanto el horizonte del relativismo y conocer la verdad sobre sí mismo y sobre el bien y el mal. En lo más íntimo de la conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz lo llama a amar, a hacer el bien y huir del mal, a asumir la responsabilidad del bien que ha hecho y del mal que ha cometido[5].Por eso, el ejercicio de la libertad está íntimamente relacionado con la ley moral natural, que tiene un carácter universal, expresa la dignidad de toda persona, sienta la base de sus derechos y deberes fundamentales, y, por tanto, en último análisis, de la convivencia justa y pacífica entre las personas.

El uso recto de la libertad es, pues, central en la promoción de la justicia y la paz, que requieren el respeto hacia uno mismo y hacia el otro, aunque se distancie de la propia forma de ser y vivir. De esa actitud brotan los elementos sin los cuales la paz y la justicia se quedan en palabras sin contenido: la confianza recíproca, la capacidad de entablar un diálogo constructivo, la posibilidad del perdón, que tantas veces se quisiera obtener pero que cuesta conceder, la caridad recíproca, la compasión hacia los más débiles, así como la disponibilidad para el sacrificio.


Educar en la justicia

4. En nuestro mundo, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, más allá de las declaraciones de intenciones, está seriamente amenazo por la extendida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad, del beneficio y del tener, es importante no separar el concepto de justicia de sus raíces transcendentes. La justicia, en efecto, no es una simple convención humana, ya que lo que es justo no está determinado originariamente por la ley positiva, sino por la identidad profunda del ser humano. La visión integral del hombre es lo que permite no caer en una concepción contractualista de la justicia y abrir también para ella el horizonte de la solidaridad y del amor[6].

No podemos ignorar que ciertas corrientes de la cultura moderna, sostenida por principios económicos racionalistas e individualistas, han sustraído al concepto de justicia sus raíces transcendentes, separándolo de la caridad y la solidaridad: «La “ciudad del hombre” no se promueve sólo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión. La caridad manifiesta siempre el amor de Dios también en las relaciones humanas, otorgando valor teologal y salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo»[7].


«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados» (Mt 5,6). Serán saciados porque tienen hambre y sed de relaciones rectas con Dios, consigo mismos, con sus hermanos y hermanas, y con toda la creación.

Educar en la paz

5. «La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad»[8].La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios. Los cristianos creemos que Cristo es nuestra verdadera paz: en Él, en su cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo y ha destruido las barreras que nos separaban a unos de otros (cf. Ef 2,14-18); en Él, hay una única familia reconciliada en el amor.

Pero la paz no es sólo un don que se recibe, sino también una obra que se ha de construir. Para ser verdaderamente constructores de la paz, debemos ser educados en la compasión, la solidaridad, la colaboración, la fraternidad; hemos de ser activos dentro de las comunidades y atentos a despertar las consciencias sobre las cuestiones nacionales e internacionales, así como sobre la importancia de buscar modos adecuados de redistribución de la riqueza, de promoción del crecimiento, de la cooperación al desarrollo y de la resolución de los conflictos. «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mt 5,9).

La paz para todos nace de la justicia de cada uno y ninguno puede eludir este compromiso esencial de promover la justicia, según las propias competencias y responsabilidades. Invito de modo particular a los jóvenes, que mantienen siempre viva la tensión hacia los ideales, a tener la paciencia y constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por lo que es justo y verdadero, aun cuando esto pueda comportar sacrificio e ir contracorriente.


Levantar los ojos a Dios

6. Ante el difícil desafío que supone recorrer la vía de la justicia y de la paz, podemos sentirnos tentados de preguntarnos como el salmista: «Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?» (Sal 121,1).

Deseo decir con fuerza a todos, y particularmente a los jóvenes: «No son las ideologías las que salvan el mundo, sino sólo dirigir la mirada al Dios viviente, que es nuestro creador, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es realmente bueno y auténtico [...], mirar a Dios, que es la medida de lo que es justo y, al mismo tiempo, es el amor eterno.

Y ¿qué puede salvarnos sino el amor?»[9]. El amor se complace en la verdad, es la fuerza que nos hace capaces de comprometernos con la verdad, la justicia, la paz, porque todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (cf. 1 Co 13,1-13).

Queridos jóvenes, vosotros sois un don precioso para la sociedad. No os dejéis vencer por el desánimo ante a las dificultades y no os entreguéis a las falsas soluciones, que con frecuencia se presentan como el camino más fácil para superar los problemas. No tengáis miedo de comprometeros, de hacer frente al esfuerzo y al sacrificio, de elegir los caminos que requieren fidelidad y constancia, humildad y dedicación. Vivid con confianza vuestra juventud y esos profundos deseos de felicidad, verdad, belleza y amor verdadero que experimentáis. Vivid con intensidad esta etapa de vuestra vida tan rica y llena de entusiasmo.

Sed conscientes de que vosotros sois un ejemplo y estímulo para los adultos, y lo seréis cuanto más os esforcéis por superar las injusticias y la corrupción, cuanto más deseéis un futuro mejor y os comprometáis en construirlo. Sed conscientes de vuestras capacidades y nunca os encerréis en vosotros mismos, sino sabed trabajar por un futuro más luminoso para todos. Nunca estáis solos. La Iglesia confía en vosotros, os sigue, os anima y desea ofreceros lo que tiene de más valor: la posibilidad de levantar los ojos hacia Dios, de encontrar a Jesucristo, Aquel que es la justicia y la paz.

A todos vosotros, hombres y mujeres preocupados por la causa de la paz. La paz no es un bien ya logrado, sino una meta a la que todos debemos aspirar. Miremos con mayor esperanza al futuro, animémonos mutuamente en nuestro camino, trabajemos para dar a nuestro mundo un rostro más humano y fraterno y sintámonos unidos en la responsabilidad respecto a las jóvenes generaciones de hoy y del mañana, particularmente en educarlas a ser pacíficas y artífices de paz. Consciente de todo ello, os envío estas reflexiones y os dirijo un llamamiento: unamos nuestras fuerzas espirituales, morales y materiales para «educar a los jóvenes en la justicia y la paz».

Vaticano, 8 de diciembre de 2011


BENEDICTUS PP XVI

viernes, 23 de diciembre de 2011

Bendito sea el Señor porque ha redimido a su pueblo




En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza.

El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante de él, todos los días de nuestra vida. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados. Y por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en las tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

 
Oración introductoria
Gracias, Jesús, por venir a nacer entre nosotros. Este día, más que pedirte, quiero agradecerte por cumplir lo que habías prometido desde antiguo. Gracias por venir a quedarte con nosotros, gracias por mostrarnos tu misericordia. Ilumínanos y sácanos de las tinieblas en que vivimos, para que descubramos el camino de la paz. Y permítenos vivir sin temor, en santidad y justicia en tu presencia.

 
Petición
Señor, qué gran don nos has hecho con tu venida. Dispón nuestro corazón para recibirte como es debido y Tú que decidiste nacer en una cueva, acepta el cálido rincón de nuestro corazón.



Meditación del Papa
En el silencio de la noche de Belén Jesús nació y fue acogido por manos solícitas. Y ahora, en esta nuestra Navidad en la que sigue resonando el alegre anuncio de su nacimiento redentor, ¿quién está listo para abrirle las puertas del corazón? Hombres y mujeres de hoy, Cristo viene a traernos la luz también a nosotros, también a nosotros viene a darnos la paz. Pero ¿quién vela en la noche de la duda y la incertidumbre con el corazón despierto y orante? ¿Quién espera la aurora del nuevo día teniendo encendida la llama de la fe? ¿Quién tiene tiempo para escuchar su palabra y dejarse envolver por su amor fascinante? Sí, su mensaje de paz es para todos; viene para ofrecerse a sí mismo a todos como esperanza segura de salvación. (Benedicto XVI, Mensaje urbi et orbi Navidad, martes 25 de diciembre de 2007)



Reflexión
Hoy como hace más de dos mil años, Cristo viene a nacer a nuestro corazón. Él, como dice el evangelio, cumple su promesa, mostrándonos su misericordia, para sacarnos de las tinieblas en que vivimos y guiarnos por el camino de la paz. Él viene para ser luz y para dar paz. Él es la estrella que brilla en medio de la oscuridad de nuestro caminar por esta vida. Pero para encontrar esa luz, debemos apagar todo lo que nos impide ver la estrella de Belén que nos guía a Él. Y para encontrar esa paz, debemos salir del barullo y ruido de la ciudad, para encontrarlo en una cueva.


En la Navidad todo mundo sabe que hay alegría y fiesta, pero no todos saben el motivo. Muchas veces escuchamos y decimos: “¡Feliz Navidad!” a toda persona que nos encontramos; pero algunas veces nos olvidamos de felicitar al festejado. La Navidad es un tiempo de amor, gozo y paz. Pero no debemos perder de vista que la gran alegría, noticia y don, es que Dios se hizo hombre por nosotros. En esta Navidad, recordemos al Recién Nacido y con los pastores, ofrezcámosle lo mejor que tenemos.

Propósito
Me prepararé para recibir con un corazón limpio a Nuestro Señor y le agradeceré que venga a quedarse conmigo.


Diálogo con Cristo
Jesús, esta noche vamos a contemplar tu cuerpecito envuelto en pañales y buscando calor. Déjame esta Navidad, ofrecerte un corazón caliente, amoroso, que te proteja del frío de la noche. Gracias por hacerte uno como nosotros; permítenos esta noche a nosotros hacernos como Tú: niños, que aprendamos a ver en todo el amor de tu Padre, incluso en el frío y soledad de la noche, como tu primera noche hecho hombre. Esta noche, sí queremos estar junto a ti y deseamos que esta vez sí seas Tú el centro de la fiesta.

 
"Navidad es la gran fiesta de las familias. Jesús, al venir a la tierra para salvar a la sociedad humana y para de nuevo conducirla a sus altos destinos, se hizo presente con María su Madre, con José, su padre putativo, que está allí como la sombra del Padre Eterno. La gran restauración del mundo entero comenzó allí, en Belén; la familia no podrá lograr más influencia que volviendo a los nuevos tiempos de Belén" (Juan XXXIII, Alocución del 25 de diciembre de 1959)



martes, 6 de diciembre de 2011

LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA

« Llevamos desde ahora una vida sobria, honrada 
y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: 
la aparición gloriosa del gran Dios. »
(Antifona de Comunión, Tit 2, 12-13) 



Reflexión

"Ante la Buena Noticia de un Dios que por amor nuestro se desnuda y asume nuestra condición humana, no podemos dejar de abrir el corazón al arrepentimiento; no podemos encerrarnos en el orgullo y la hipocresía, obstruyendo la posibilidad de encontrar la auténtica paz…Dios sobreabunda en amor tierno y misericordioso. Como el padre de la parábola, está dispuesto a acoger con los brazos abiertos a los hijos que tienen el valor para regresar a Él."

"Este compromiso de conversión se funda en la certeza de que la fidelidad de Dios no desfallece, a pesar de todo lo negativo que podamos encontrar en nosotros y a nuestro alrededor. Por este motivo, el Adviento es tiempo de espera y de esperanza. La Iglesia hace suya la promesa consoladora de Isaías: «Todos los hombres verán la salvación de Dios».(LA ACTUALIDAD DEL MENSAJE DE JUAN EL BAUTISTA , Discurso del Papa con motivo del rezo del Angelus, 5 de diciembre de 1999).

Oración

Despierta, Señor, nuestros corazones y muévelos a preparar los caminos de tu Hijo, para que cuando venga podamos servirte con conciencia pura. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Humanidad busca la esperanza y el amor de Dios, asegura el Papa


VATICANO, 24 Nov. 11 / 12:07 pm (ACI/EWTN Noticias)

Al recibir esta mañana a los participantes del encuentro de Cáritas italiana que este año celebra su 40 aniversario, el Papa Benedicto XVI exhortó a proseguir en su misión de ayuda a los necesitados, dándoles la esperanza que solo Dios ofrece y que ellos y toda la humanidad buscan.

En su discurso a los más de doce mil participantes del encuentro que llegaron a Roma, el Santo Padre precisó que "la humanidad no necesita solo benefactores, sino personas sencillas y concretas que como Jesús sepan ponerse al lado de los hermanos compartiendo sus fatigas". 

"En una palabra –precisó el Papa– la humanidad busca señales de esperanza. Nuestra fuente de esperanza es el Señor. Por eso es necesaria Caritas, no para delegarle el servicio de caridad, sino porque es una señal de la caridad de Cristo, una señal que da esperanza"

Benedicto XVI recordó además que Caritas tiene "una importante tarea educativa frente a la comunidad, las familias y la sociedad civil en que la Iglesia está llamada ser luz. Se trata de asumir la responsabilidad de educar a la vida buena del Evangelio, que es tal sólo si comprende de forma orgánica el testimonio de la caridad".

"No desistáis nunca de esta tarea educativa aun cuando el camino sea arduo y el esfuerzo parezca no dar resultados. Vividla en fidelidad a la Iglesia y en el respeto de la identidad de vuestras instituciones, utilizando las herramientas que la historia os ha entregado y aquellas que ‘la fantasía de la caridad’, como decía el beato Juan Pablo II os sugerirá para el futuro", exhortó el Santo Padre.

Sobre las obras de caridad que hablan de Dios y anuncian esperanza, Benedicto XVI dijo que estas "son obras que nacen de la fe. Son obras de Iglesia, expresión de la atención hacia los que pasan más fatigas".
"Son acciones pedagógicas porque ayudan a los más pobres a crecer en su dignidad; a las comunidades cristianas a caminar tras las huellas de Cristo; a la sociedad civil a asumir sus obligaciones".

El Pontífice instó también a recordar "cuanto enseña el Concilio Vaticano II: satisfacer ante todo las exigencias de la justicia, de modo que no se ofrezca como ayuda de caridad lo que ya se debe a título de justicia".

El Papa dijo luego que "el humilde y concreto servicio que ofrece la Iglesia no quiere sustituirse, ni tanto menos adormecer, a la conciencia colectiva y civil. Se pone a su lado con espíritu de sincera colaboración, en la debida autonomía y plena conciencia de la subsidiaridad".

Tras señalar que "la caridad requiere apertura de la mente", Benedicto XVI afirmó que "responder a las necesidades no solo significa dar pan al hambriento, sino interrogarse acerca de las causas por las que tiene hambre, con la mirada de Jesús que sabía ver la realidad profunda de las personas que se acercaban a Él". 

"En esta perspectiva el presente interpela vuestro ser artífices de caridad. No podemos dejar de pensar en el vasto campo de la inmigración. A menudo calamidades naturales y guerras crean situaciones de emergencia. La crisis económica global es un signo ulterior de los tiempos que requiere el coraje de la fraternidad". 

"La diferencia entre norte y sur del mundo y la lesión de la dignidad humana de tantas personas, piden una caridad que se ensanche, en círculos concéntricos, de los sistemas económicos pequeños a los grandes, el malestar generalizado, la debilitación de las familias, la incertidumbre de la condición juvenil indican el peligro de una disminución de la esperanza".

En la parte final de su discurso, el Papa Benedicto XVI exhortó a ayudar "a toda la Iglesia a hacer visible el amor de Dios. Vivan la gratuidad y ayuden a vivirla. Recuerden a todos lo esencial del amor que se hace servicio. Acompañen a los hermanos más débiles. Animen a las comunidades cristianas ¡Digan al mundo la palabra del amor que viene de Dios y busquen la caridad como síntesis de todos los carismas del Espíritu!"

miércoles, 19 de octubre de 2011

El Papa anuncia el "Año de la Fe" en 2012 para activar la misión eclesiástica

El "Año de la Fe" se iniciará el 11 de octubre de 2012, con motivo del 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará el 24 de noviembre de 2013


El papa Benedicto XVI dijo hoy que en 2012 se iniciará el "Año de la Fe" con el objetivo de dar "un renovado impulso a la misión de la Iglesia" y cuyos contenidos explicará en una carta apostólica.

El Papa hizo el anuncio en su homilía durante la misa celebrada en la basílica de San Pedro en ocasión del primer encuentro promovido por el dicasterio de la Nueva Evangelización.

Un evento, explicó Benedicto XVI, pensado para "dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia y conducir a los hombres fuera del desierto en el que a menudo se encuentran hasta el lugar de la vida y de la amistad con Cristo que nos dona la vida en plenitud".

El "Año de la Fe" se iniciará el 11 de octubre de 2012, con motivo del 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará el 24 de noviembre de 2013, cuando los católicos celebran Cristo Rey del Universo.

"Será un momento de gracia y de empeño para una mayor conversión a Dios, para reforzar nuestra fe y para anunciar a Dios", agregó el papa.

Benedicto XVI utilizó hoy por primera vez una plataforma móvil para llegar al altar mayor de la basílica de San Pedro y "evitar así cansarse demasiado", según informó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

En su homilía, el Papa aseguró además que "ningún poder terrenal puede sustituir a Dios" y que "la teología de la historia es un aspecto importante, esencial de la nueva evangelización porque los hombres de nuestro tiempo, tras el nefasto periodo de los imperios totalitarios del siglo XX necesitan encontrar una mirada nueva del mundo, una mirada libre y pacífica, la mirada que el Concilio Vaticano II transmitió en sus documentos".

Comentando el pasaje de la Biblia sobre los impuestos que había que pagar a Cesar: "Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", Benedicto XVI comentó que "este tiene un contenido antropológico y no solo se puede reducir al ámbito político".

"Hay que entender la frase integralmente no solo en la primera parte que invita a pagar los impuestos y respetar las autonomía en el ámbito político, es decir el laicismo, sino también que hay que respetar los derechos de Dios".

domingo, 9 de octubre de 2011

Cristo te llama


Jesucristo llama a los que Él quiere

Tu vocación no tiene nada que ver con 'tus defectos, imperfecciones o caídas. Jesucristo no llama a los santos, a los puros, a los indefectibles. Según nos dice el Evangelio, llama a quien quiere y entre esos encontramos a unos mejores y a otros peores, a todos llenos de miserias y defectos.

La vocación es un don gratuito y no un premio a los méritos. Por ello, no te apoyes en tus fallos e imperfecciones para poner en duda el llamado de Dios.

Piensa en que Dios te ha amado mucho, no por tus cualidades, sino por pura bondad gratuita

sábado, 1 de octubre de 2011

CAMPAÑA DE ORACION EN OCTUBRE

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GENERAL DEL SANTO PADRE : Por los enfermos terminales

Por los enfermos terminales, para que en sus sufrimientos sean sostenidos por la fe en Dios y el amor de sus hermanos.

MISIONERA DEL SANTO PADRE : Para la Jornada Misionera Mundial
Para que la celebración de la Jornada Misionera Mundial acreciente en el Pueblo de Dios la pasión por la evangelización y el apoyo a la actividad misionera con la oración y la ayuda económica a las Iglesias más pobres.

MISIONERA SALESIANA : Delegados de animación misionera en todas las Inspectorias

Delegados de animación misionera en todas las Inspectorias del mundo
Para que en todas las 90 Inspectorias encuentren Salesianos que lleven con celo la animación misionera de los hermanos, de las comunidades, de los jóvenes y los equipos de colaboradores laicos.

Para mantener viva la llama misionera de los hermanos se requiere una insplantación mínima de la animación misionera en cada Inspectoria. Un libro de P. Anthony Roy, "Salesian Missionary Vision 1923-1967", publicado en Shillong, India en el agosto de 2010, nos enseña las dinámicas de animación misionera alrededor de los grupos misioneros y de la revista "Juventud Misionera" de Don Rinaldi hasta el Vaticano II. Podemos inspirarnos hoy en sus dinámicas carismáticas, como el grupo misionero de cada obra salesiana, el envío de los materiales de animación con frecuencia mensual, la oración por las vocaciones misioneras ad gentes, el compartir las experiencias de los misioneros.





sábado, 17 de septiembre de 2011

ORACIÓN A SAN JUAN BOSCO, EN EL BICENTENARIO DE SU NACIMIENTO



Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén

domingo, 11 de septiembre de 2011

ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN

1994  12 DE SEPTIEMBRE   2011

XVII ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN




SIEMPRE CON DON BOSCO





DAMOS GRACIAS AL SEÑOR POR ESTOS 17 AÑOS DE HISTORIA Y JUNTO A MARÍA ELAVAMOS A ÉL  NUSTRO MAGNIFICAT.

sábado, 20 de agosto de 2011

Tres pasos para conocer a Don Bosco


 
 
“La historia es algo muy importante para dejarla únicamente en las manos de los históricos”, escribí en febrero de 1983 en ANS. El último Capítulo General (2008) lo reconoció cuando tituló “Volver a partir de Don Bosco” en su primer núcleo de reflexión. Lo retoma ahora con mayor fuerza el Rector Mayor, el cual pide que el primer año del trienio de preparación al bicentenario del nacimiento de Don Bosco (2011-2012) sea dedicado al conocimiento de su historia (los otros dos en cambio respectivamente sobre el conocimiento de su pedagogía (2012-2013) y su espiritualidad (2013-2014).
 
El problema sin embargo es: ¿cuál Don Bosco? Sabiendo que de Don Bosco existen decenas de imágenes en libros, revistas, periódicos, video casetes, películas, ficción. El Rector Mayor en la presentación del Aguinaldo 2012 ha hecho su elección: “El Don Bosco de la historia y en la historia de su tiempo”, desde el momento que “el acercamiento a Don Bosco, hecho con los métodos de la búsqueda histórica, nos han llevado a comprender y medir su grandeza humana y cristiana, su genialidad operativa, sus dotes como educador, su espiritualidad, su obra, plenamente comprensible sólo si está profundamente radicada en la historia de la sociedad en la cual vivió”. A mi juicio los salesianos deberían hacer tres pasos de aquí en adelante.

Primero deberían ir de nuevo a las fuentes genuinas, seguras, es decir a los textos auténticos de Don Bosco, a sus escritos, editados por él o por sus hijos, on line o en papel. No existe dificultad en la elección, gracias también al trabajo del Instituto Histórico Salesiano: los escritos pedagógicos más importantes de Don Bosco están a disposición en edición crítica, lo mismo puede decirse de las Constituciones por él elaboradas y aprobadas por los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, la introducción a ellas, las notas históricas de la sociedad salesiana, la situación disciplinar en Valdoco durante los años setenta y ochenta, más de la mitad de su epistolario y otros textos críticos publicados en “Investigaciones Históricas Salesianas”. En internet  se pueden consultar todas las “Obras editadas” como aparecieron en su tiempo en edición facsímil.

El Rector Mayor, que en el Aguinaldo  2012 invita a leer y estudiar las Memorias del Oratorio (MO), seguramente se refiere a toda la Familia salesiana y de modo particular a los jóvenes y a cuántos quieren acercarse por primera vez a Don Bosco; no ciertamente a los Salesianos, Hijas de María Auxiliadora que de ese texto, más narrativo que histórico, más pedagógico-espiritual que autobiográfico, deberían estar ya fascinados en su tiempo (así como hoy los espectadores de los modernos productos televisivos de fácil uso).

 Demasiado frecuente se olvida que la maravillosa historia de la infancia de Don Bosco, de su juventud, de sus primeras experiencias apostólicas en Valdoco no son todo Don Bosco, al contrario; tanto más que Don Chávez invita a “conocerlo como educador y pastor, fundador, guía y legislador”. Entonces no podemos olvidar temáticas ausentes en las Memorias del Oratorio: el Don Bosco real y no ideal de Valdoco, la construcción de la iglesia de María Auxiliadora y el “Fenómeno Mariano”, que sigue, el proyecto y la fundación de la sociedad salesiana, el Instituto de las FMA, la Asociación de Cooperadores, la colegialización y la difusión de la Obra Salesiana, la realización del sueño misionero (que ni siquiera se nombra en las Constituciones aprobadas un mes antes), la serie de publicaciones editoriales de carácter educativo-religioso y escolástico-cultural; y todavía el Don Bosco que va más allá de la “política del Padre nuestro” en Italia y Argentina, sus relaciones con los papas, la Santa Sede, los obispos, la idea y la publicación del Boletín Salesiano, la formación de los colaboradores, la búsqueda de recursos económicos, las vocaciones… Un dinamismo impresionante que identifica la obra salesiana, y que Don Bosco “actualiza” constantemente.

Pero hay un segundo paso por hacer: es aquél de ir a las fuentes – también las más seguras y válidas- en el sentido de superar cuánto presentan a primera vista, no una lectura epidérmica y banal. De Don Bosco es necesario conocer las ideas y las estructuras mentales, los valores propios o adquiridos, el lenguaje escrito y hablado, el modo de actuar y de reaccionar… La lectura teológica de las fuentes se amplía con la social, económica y política. Lo sobrenatural debe “tener en cuenta” los elementos y factores naturales. Don Bosco no es una “isla” en el mar de su tiempo. En este sentido nos ayudan los estudios de los históricos, que gracias a Dios no han faltado en los últimos cuarenta años, cada uno con su modo particular de acercarse a las fuentes. Me limito a indicar dos volúmenes, los de Pietro Braido (Don Bosco sacerdote de los jóvenes en el siglo de las libertades, Roma, LAS 20093) traducidos a varias lenguas, que recogen lo mejor de los estudios anteriores, afronta todos los aspectos de la situación histórica y la personalidad de Don Bosco, ofrece amplias citas de sus textos más importantes. Cada uno de los capítulos facilita la profundización, gracias a la rica bibliografía que no ha pasado por alto la advertencia del León XIII: “Veritas non indiget mendaciis nostris”, y también: “Primam esse historiae legem, ne quid falsi dicere audeat, deinde ne quid veri non audeat”.

El tercer paso es leer los temas del Don Bosco histórico, de cualquier carácter (religioso, moral, dogmático, político, cultural, económico...) con referencia a análogas problemáticas y hechos recientes, donde puedan ser útiles a nuestro presente. El Rector Mayor en su Aguinaldo dedica  una atenta reflexión: “La imagen de Don Bosco y de su acción debe ser reconstruida seriamente, a partir de nuestro horizonte cultural: desde la complejidad de la vida de hoy, de la globalización, de las dificultades de apostolado, desde la disminución de las vocaciones, del “interrogante en cuestión” sobre la vida consagrada”.

El carisma, para usar un término polivalente, debe ser “reinterpretado” para que no permanezca como un “fósil precioso”. Las “preguntas” de la comunidad salesiana, de la comunidad eclesial, del contexto socio-cultural no pueden ser considerados como algo “extraño” a la historia Don Bosco. En este punto se comprende que no se trata de estudiar sólo el fundador, sino también los “hijos”, o sea la tradición.  Se puede decir que es la tradición la que ayuda a identificar y a explicar en lenguaje actual un “núcleo” de valor constante dentro de los conceptos “históricos”, siempre sujetos a los ambientes socio culturales que los ha creado. El saber cómo nuestro pasado ha hecho suyas las inspiraciones de Don Bosco, cómo ha asumido sus motivaciones y decisiones, cómo respondió a las necesidades juveniles de su tiempo, nos ayuda a entrar en el llamado “círculo hermenéutico”. Entonces la historiografía salesiana local, la historia de las Inspectorías, de las casas, de cada uno de hermanos, de su obra educativa tienen su peso. Para América Latina el Instituto histórico ha publicado varias e importantes fuentes, como los epistolarios del padre Bodrato, el padre Tomaris, el padre Lasagna, las relaciones de la visita del padre Albera a las Américas en el inicio del siglo XX y otros textos de las misiones salesianas….

Lo histórico, cuando ha comprendido, indicado y explicado el contexto, los eventos, las causas y consecuencias, ha concluido su tarea. En este punto, después de la interpretación “histórica” debe seguir la “existencial”, aquella que como ejemplo debe afrontar los cinco puntos de referencia y trabajos prácticos sugeridos por el Rector Mayor en el Aguinaldo del próximo año. Esta es obra de todos, o sea de teólogos, espiritualistas, pedagogos, expertos de ciencias humanas, históricos, Capítulos Generales, Rector Mayor, cada hermano, hombres de Dios… Ninguno está excluso: Salesianos, Hijas de María Auxiliadora, Cooperadores, Exalumnos, grupos  y miembros de la Familia salesiana. Y vale para los estudios, las reflexiones y opciones no sólo de este primer año, sino de todo el trienio preparatorio al evento  del 2015.

Francesco Motto

sábado, 13 de agosto de 2011

Hacia el Bicentenario, tres pasos para conocer a Don Bosco

Foto del artículo -RMG – HACIA EL BICENTENARIO, TRES PASOS PARA CONOCER A DON BOSCO

(ANS – Roma) – A pocos días del inicio del trienio de preparación al bicentenario del nacimiento de Don Bosco, ANS pidió al padre Francesco Motto, Director del Instituto Histórico Salesiano, de ofrecer algunas sugerencias para conocer mejor la figura del santo turinés.

El conocer a Don Bosco es uno de los temas más queridos por el Rector Mayor, Don Pascual Chávez. Asumido como compromiso en el primer núcleo del Capítulo General 26 – Retornar a Don Bosco – el trabajo ha sido re-propuesto a los Salesianos en la carta enviada el 31 de enero pasado en la cual se presentaba el camino de preparación al 2015; un conocimiento de la historia, de la pedagogía y de la espiritualidad.

La sugerencia del padre Motto - disponible en la sesión Service de ANS – no se limita sólo al conocimiento del dato histórico y, retomando el camino trazado por el Superior de los Salesianos, considera también el ámbito pedagógico y espiritual.

Partiendo dde la pregunta: cuál Don Bosco? “Sabiendo que de Don Bosco existen decenas de imágenes en libros, revistas, periódicos, video casetes, películas, ficción. El Rector Mayor en la presentación del Aguinaldo 2012 ha hecho su elección: “El Don Bosco de la historia y en la historia de su tiempo”, desde el momento que “el acercamiento a Don Bosco, hecho con los métodos de la búsqueda histórica, nos han llevado a comprender y medir su grandeza humana y cristiana, su genialidad operativa, sus dotes como educador, su espiritualidad, su obra, plenamente comprensible sólo si está profundamente radicada en la historia de la sociedad en la cual vivió”.

Para el padre Motto tres pasos por hacer para conocer mejor a Don Bosco
  • Retornar a las fuentes genuinas, seguras, es decir a los textos auténticos de Don Bosco, a sus escritos, editados por él o por sus hijos, on line o en papel;
  • ir a las fuentes – también las más seguras y válidas- en el sentido de superar cuánto presentan a primera vista, no una lectura epidérmica y banal. De Don Bosco es necesario conocer las ideas y las estructuras mentales, los valores propios o adquiridos, el lenguaje escrito y hablado, el modo de actuar y de reaccionar… La lectura teológica de las fuentes se amplía con la social, económica y política. Lo sobrenatural debe “tener en cuenta” los elementos y factores naturales. Don Bosco no es una “isla” en el mar de su tiempo;
  • leer los temas del Don Bosco histórico, de cualquier carácter (religioso, moral, dogmático, político, cultural, económico...) con referencia a análogas problemáticas y hechos recientes, donde puedan ser útiles a nuestro presente.
El padre Motto concluye su aporte diciendo que Lo histórico, cuando ha comprendido, indicado y explicado el contexto, los eventos, las causas y consecuencias, ha concluido su tarea. En este punto, después de la interpretación “histórica” debe seguir la “existencial”.







viernes, 5 de agosto de 2011

Transfiguración de Jesús

Transfiguración de Jesús
Transfiguración de Jesús
Se celebra un momento muy especial de la vida de Jesús: cuando mostró su gloria a tres de sus apóstoles. Nos dejó un ejemplo sensible de la gloria que nos espera en el cielo.

Un poco de historia

Jesús se transfiguró en el monte Tabor, que se se encuentra en la Baja Galilea, a 588 metros sobre el nivel del mar.

Este acontecimiento tuvo lugar, aproximadamente, un año antes de la Pasión de Cristo.
Jesús invitó a su Transfiguración a Pedro, Santiago y Juan. A ellos les dio este regalo, este don.

Ésta tuvo lugar mientras Jesús oraba, porque en la oración es cuando Dios se hace presente. Los apóstoles vieron a Jesús con un resplandor que casi no se puede describir con palabras: su rostro brillaba como el sol y sus vestidos eran resplandecientes como la luz.

Pedro quería hacer tres tiendas para quedarse ahí. No le hacía falta nada, pues estaba plenamente feliz, gozando un anticipo del cielo. Estaba en presencia de Dios, viéndolo como era y él hubiera querido quedarse ahí para siempre.

Los personajes que hablaban con Jesús eran Moisés y Elías. Moisés fue el que recibió la Ley de Dios en el Sinaí para el pueblo de Israel. Representa a la Ley. Elías, por su parte, es el padre de los profetas. Moisés y Elías son, por tanto, los representantes de la ley y de los profetas, respectivamente, que vienen a dar testimonio de Jesús, quien es el cumplimiento de todo lo que dicen la ley y los profetas.

Ellos hablaban de la muerte de Jesús, porque hablar de la muerte de Jesús es hablar de su amor, es hablar de la salvación de todos los hombres. Precisamente, Jesús transfigurado significa amor y salvación.

Seis días antes del día de la Transfiguración,
Transfiguración de Jesús
Transfiguración de Jesús
Jesús les había hablado acerca de su Pasión, Muerte y Resurrección, pero ellos no habían entendido a qué se refería. Les había dicho, también, que algunos de los apóstoles verían la gloria de Dios antes de morir.

Pedro, Santiago y Juan experimentaron lo que es el Cielo. Después de ellos, Dios ha escogido a otros santos para que compartieran esta experiencia antes de morir: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, Santa Teresita del Niño Jesús y San Pablo, entre otros. Todos ellos gozaron de gracias especiales que Dios quiso darles y su testimonio nos sirve para proporcionarnos una pequeña idea de lo maravilloso que es el Cielo.

Santa Teresita explicaba que es sentirse “como un pajarillo que contempla la luz del Sol, sin que su luz lo lastime.”

¿Qué nos enseña este acontecimiento?
  • Nos enseña a seguir adelante aquí en la tierra aunque tengamos que sufrir, con la esperanza de que Él nos espera con su gloria en el Cielo y que vale la pena cualquier sufrimiento por alcanzarlo.



  • A entender que el sufrimiento, cuando se ofrece a Dios, se convierte en sacrificio y así, éste tiene el poder de salvar a las almas. Jesús sufrió y así se desprendió de su vida para salvarnos a todos los hombres.
    A valorar la oración, ya que Jesús constantemente oraba con el Padre.



  • A entender que el Cielo es algo que hay que ganar con los detalles de la vida de todos los días.



  • A vivir el mandamiento que Él nos dejó: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”.



  • Habrá un juicio final que se basará en el amor, es decir, en cuánto hayamos amado o dejado de amar a los demás.

    Dios da su gracia a través de la oración y los sacramentos. Su gracia puede suplir todas nuestras debilidades.

    Consulta también Transfiguración de Jesús de Jesús Martí Ballester

    lunes, 1 de agosto de 2011

    BEATO AUGUSTO CZARTORYSKI (1858-1893)


    Linaje real
    Augusto Czartoryski nació en Paris el 2 de agosto de 1858, del hogar exiliado del Príncipe Polaco Ladislaw y la Princesa María Amparo, hija de la Reina de España. Esta familia noble, ligada a la nobleza polaca, había emigrado a Francia treinta años antes.

    Pero sin inclinación a la pompa
    Desde su exilio, el Príncipe Ladislaw había buscado restaurar la unidad en su país el que se había dividido en 1795. Cuando tenía seis años, Augusto perdió a su madre. Margarita de Orleáns tomó su lugar. Ella era la hija del Conde de París, pretendiente del trono de Francia. Desde temprana edad, Augusto demostró ser un niño bueno y pensativo. A pesar de sentirse muy ligado a su querida Polonia, nunca se sintió atraído por la vida cortesana. La acción de la gracia en su alma, lo desinteresó de los bienes terrenales y le otorgó una vida espiritual seria.

    Conoce un director espiritual
    Entre los 10 y los 17 años estudió en Paris y en Krakow, pero su salud lo obligó a interrumpir sus estudios y viajar al sur de Europa frecuentemente en busca de un clima mejor. En esa época la Providencia colocó a José Kalinowski en su vida, quien prudentemente lo guió no sólo en sus estudios, sino particularmente en su vida espiritual. Después Kalinowski se convirtió en Carmelita. Hoy es venerado en la Iglesia como Santo.

    Encuentro con Don Bosco
    El tutor describió a su alumno como un joven con un carácter estable, alma buena, perfectamente cortés, sincero, inteligente y muy religioso, pero con un corazón sencillo. En mayo de 1833 Don Bosco fue a Francia. Fue invitado al Palacio Lambert por la Princesa Margarita de Orleáns. Augusto hizo de monaguillo en su Misa y el Santo le dijo: “Había querido conocerte desde hace algún tiempo!”. Al príncipe lo impresionó este encuentro. Después de ello fue varias veces a Turín a encontrarse con Don Bosco. Le insistió para ser aceptado en los Salesianos, pero el Fundador no estaba convencido. Augusto habló con el Papa León XIII, quien invitó a Don Bosco a que lo aceptara.

    Noviciado – después con Andrés Beltrami
    En julio de 1887, después de haber renunciado a los bienes mundanos y a toda posibilidad del trono, ingresó al noviciado contra los deseos de la familia. Tenía 29 años. En sus esfuerzos para adaptarse al Oratorio y a su estilo de vida, se convirtió en el más humilde de los novicios. Don Bosco, casi en su lecho de muerte, bendijo su hábito religioso. Inició sus estudios de filosofía. Pronto se enfermó de tuberculosis. En la casa de Valsalice, Turín, conoció al Venerable Andrés Beltrami. Ambos desarrollaron una profunda amistad espiritual cuando Andrés cuidó a Augusto durante su enfermedad.

    Su familia no estaba feliz
    Entre tanto Don Rua le permitió estudiar teología y lo admitió en el Orden Sagrado. Cuando fue ordenado sacerdote en San Remo, el 2 de abril de 1892, su familia estuvo ausente; habían hecho muchos esfuerzos para que él dejara la congregación.

    La enfermedad cobra su víctima
    Augusto tomó plenamente la espiritualidad Salesiana, especialmente en lo concerniente al sacrificio y ofreció su vida y sus sufrimientos por el bien de los jóvenes y de la Congregación al igual que lo hizo Don Bosco. El Padre Augusto murió en Alassio el 8 de abril de 1893, el día Sábado de la Octava de Pascua. “Qué Pascua tan maravillosa!” había dicho. Tenía 35 años de edad. Juan Pablo II, el Papa polaco, tuvo la dicha de declararlo Beato el 25 de abril de 2004. Su cuerpo es venerado en Przemysl, Polonia.


    viernes, 29 de julio de 2011

    LA SANTIDAD

     
     
    No hay amor sin entrega,y no hay entrega sin disciplina interior: Necesitamos santos sin velo, ni sotana.

    Necesitamos santos con jeans y zapatillas.

    Necesitamos santos que vayan al cine, que escuchen música, que caminen con sus amigos.

    Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sean lanzados en sus universidades.

    Necesitamos santos que tengan tiempo diario para la oración y que sepan enamorarse de la pureza y la castidad o que se consagren a su castidad.

    Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad que encaje en nuestro tiempo.

    Necesitamos santos comprometidos con los pobres, y con los necesarios cambios sociales.

    Necesitamos santos que vivan en el mundo, que se santifiquen en el mundo, que no tengan miedo de vivir en el mundo.

    Necesitamos santos que tomen Coca-Cola y coman hot-dogs, que sean actuales.

    Necesitamos santos que amen apasionadamente la Eucaristía y que no tengan vergüenza de comer una pizza un fin de semana con los amigos.

    Necesitamos santos que les guste el cine, la música.

    Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amables, alegres, compañeros.

    Necesitamos santos que estén en el mundo y que sepan saborear las cosas puras, buenas, y no las mundanas."

    S.S. Juan Pablo II

    lunes, 4 de julio de 2011

    EL SI AL SEÑOR



    Virgen dócil. Hazme decir “sí” a Dios en todas las circunstancias de mi vida como me ha enseñado tu ejemplo.

    A través de todos los acontecimientos supiste reconocer una expresión de voluntad divina, y en cuanto esta voluntad se te manifestaba, te inclinabas ante ella con gozo, amoldándote plenamente. Cada uno de tus “Sí” brotaba de los más íntimo del alma, como una ofrenda llevada en una sonrisa oculta, porque pusiste tu felicidad en dar gusto a Dios.

    Hazme comprender que ninguna palabra agrada más al Señor que este “Sí” tan simple y tan breve. Ninguna palabra tiene más valor que ésta, en que se expresa el abandono total del amor. 

    Obtenme el valor de repetir este “Sí” muy a menudo a lo largo de mis horas, de repetirlo inmediatamente en las dificultades y en las pruebas, de repetirlo con todo mi corazón, sin añadir reservas, sin poner condiciones. Que toda mi vida, hasta mi muerte, sea un “Sí” alegremente ofrecido a Dios. Amén.

    domingo, 3 de julio de 2011

    MENSAJES DE EL RECTOR MAYOR EN EL BOLETÍN SALESIANO

    Bienaventurado AUGUSTO CZARTORYSKI (1858-1893)
    El joven rico que dice sí
    La vocación de un príncipe llegado a salesiano


    El nacimiento de Augusto Czartoryski en París el 2 de agosto de 1858, primogénito de la noble e ilustre familia polaca, es saludado como signo de esperanza: es el predestinado al trono de san Casimiro y, por tanto, punto de referencia de cuantos sueñan el renacimiento de Polonia.



    sábado, 25 de junio de 2011

    CORPUS CHRISTI


    1.- LA EUCARISTÍA. En ella el Señor se quedó. Fue la última aparición. No la contaron los apóstoles pero, a buen seguro, que vivieron con ella la presencia real y conmovedora de Jesucristo.

    2.- EL AMOR. Si Dios ofrece a Jesús, con todo su Cuerpo y su Sangre, es para que también nosotros aprendamos aquello de “amor con amor se paga”. El Corpus nos llama e incita a la solidaridad, a la caridad.

    3.- EL TESTIMONIO. Quién participa en un banquete suculento no se queda indiferente. Lo recuerda y lo pregona. En el día del Corpus, el Manjar Eucarístico, lo llevamos allá donde normalmente se desenvuelve la vida de las personas. Hay dar razón y muestras de que, Jesús, está vivo.

    4.- LA PAZ. La que nos dejó Jesús. La que viene como consecuencia del perdón, de la comprensión y de la humildad. La paz de Cristo, en el día del Corpus, es aquella que se conquista ofreciendo lo mejor de nosotros mismos. La parte más bonita o aquella que más nos cuesta ofrecer.

    5.- LA COMUNIÓN. La buena armonía que existió entre el Padre y el Hijo, se manifiesta especialmente en el sacramento eucarístico. Y, cuando nosotros lo comulgamos, nos comprometemos también a ser signo de reconciliación, de apertura, de amor. El amor de Dios, busca nuestra unión.

    6.- LA ALEGRÍA. El buen amigo, Jesús, busca a sus amigos. Y los busca porque pretende su salvación, una salida digna y gozosa a su vida. El Corpus nos invita a la fiesta, a sentirnos acompañados y peregrinos con Jesús de Nazaret

    7.- LA CUSTODIA. No podemos abarcar todo el Misterio Sacramental. Y, al Señor, lo colocamos en custodia de metal. Pero, no lo olvidemos, el Señor quiere caminar con nosotros; quiere exponerse con nosotros; con nuestras palabras y obras podemos ser las mejores custodias con las que llevar al Señor al mundo.

    8.- LA ALABANZA. Alabamos al Señor porque, sólo El, es digno de ser adorado. Porque, aunque sabemos que nuestras alabanzas no le enriquecen, disfruta con nuestras expresiones de cariño. Con nuestras muestras de religiosidad popular.

    9.- EL CAMINO. Nuestra vida es una peregrinación. En el día del Corpus, con el Señor por delante, ponemos nuestros ojos en la eternidad. Anunciamos su muerte, proclamamos su resurrección hasta que El vuelva.

    10.- LA ORACIÓN. El día del Corpus nos invita a la oración, al silencio, a la contemplación. Tenemos que amar al que mucho nos ama. El AMOR DE LOS AMORES camina lentamente por nuestras calles y plazas y, lo hace, porque quiere recuperarnos para Dios