En la Iglesia somos un Instituto Secular masculino compuesto por fieles laicos, llamados por el Espíritu Santo a seguir a Cristo en la Secularidad Consagrada Salesiana.
Asumimos la profesión de los Consejos Evangélicos de castidad, pobreza y obediencia para tender a la perfección de la caridad al estilo de Don Bosco sin habitar en una casa religiosa y formarse en un seminario, sino desde nuestra propia situación de laicos en el mundo.
Somos laicos que Dios consagra en la Iglesia para el mundo, no olvidamos ni el mundo por Dios, ni a Dios por el mundo.
Nos comprometemos a vivir los consejos evangélicos para vivir como Cristo, un amor casto, pobre y obediente, testimoniando así una libertad donada de total entrega al Reino según la espiritualidad salesiana, no nos identifica ningún signo externo.
Somos testigos de un Dios que está vivo y que recorre los caminos de los hombres.