ROMA, jueves 23 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Mañana 24 de diciembre a las 17,00 h tendrá lugar la inauguración del monumental belén de la Plaza de San Pedro, siguiendo una tradición que se remonta a 1982, cuando Juan Pablo II quiso colocar una Sagrada Representación frente a la Basílica Vaticana.
En la ceremonia intervendrán el Presidente de la Gobernación del Estado Ciudad del Vaticano, el cardenal Giovanni Lajolo, el secretario general y el vicesecretario de la Gobernación, el arzobispo Carlo Maria Viganò y el obispo Giorgio Corbellini respectivamente, junto a la dirección de los Servicios Técnicos.
La inauguración del belén será seguida a las 18,00h por otro acto rico de significado: el Papa Benedicto XVI encenderá la “luz de la Paz” colocado en el alféizar de la ventana de su estudio privado.
El Papa visitará el belén de la Plaza en la tarde del 31 de diciembre, después de la celebración de las Vísperas en la Basílica Vaticana.
Colocado sobre una superficie de 300 m2, con un frente de casi 25 metros, el belén se inspira, como siempre, en los relatos evangélicos, e incluye escenas de la vida de la Palestina de aquella época y de otras realidades geográficas.
En el centro se ubica el humilde ambiente del nacimiento divino, una choza metida dentro de una gruta natural que hospeda al Niño, a María y José, acompañados por la silenciosa presencia del buey y del asno.
A la izquierda del espectador, una construcción cubierto con una cúpula de madera acoge a nueve personajes – hombres, mujeres y niños – que intentan hacer sonar instrumentos típicos de cuerda, viento y percusión ante una red llena de peces; la barca y los cestos de fruta que adornan la escena indican la actividad principal de la pequeña comunidad: la pesca y el cultivo de la tierra.
Las estatuas de madera han sido donadas al Papa por parte de Filipinas, a través de su Embajada ante la Santa Sede, con motivo de la próxima celebración del 60° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos Estados.
Su colocación junto al pesebre quiere exaltar los valores de la familia filipina, que en la visión tradicional está asimilada a la “casa” en la que el padre es el “pilar” y la madre es “la luz”, que ilumina y orienta a los miembros del núcleo doméstico en su itinerario de vida.
El autor de las estatuas es el escultor filipino de 34 años Kublai Ponce-Millan, de Cotabato City (Mindanao), que, con su obra denominada Nativevity, ha querido expresar la atmósfera navideña de su tierra y celebrar el don de la Navidad recibido con alegría y gratitud por el pueblo filipino.
En el extremo opuesto del belén, a la derecha según se mira, una gruta con un techado de madera ofrece abrigo a testigos de primera mano de la Natividad: los pastores y los Reyes Magos en el acto de adorar al Dios Niño.
Las estatuas más antiguas, que se exponen cada año en el belén de la Plaza de San Pedro son 9 y proceden de la composición navideña dispuesta en 1842 por san Vincenzo Pallotti en la iglesia romana de Sant’Andrea della Valle; son custodiadas por la comunidad vaticana de las franciscanas misioneras de María, que cada año se encargan de confeccionar las vestimentas de cada personaje.
Conocidas como “hermanas de los tapices” pues son responsables, desde 1926, del Laboratorio de restauración de los tapices, las religiosas visten a las estatuas entre el 22 y el 24 de diciembre, y vuelven a prestar ese servicio en la noche del 5 al 6 de enero, cambiando las vestimentas de los pastores y transformándolos en los Reyes Magos.
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