SANTO JOSÉ CAFASSO (1811 – 1860)
Director de Seminario
José Cafasso nació en Castelnuovo d’ Asti en 1811. Hijo de pequeños terratenientes, fue el tercero de cuatro hijos, de los cuales la última, Mariana, sería la madre de Beato Padre José Allamano. Desde que era muchacho, la familia y todo el pueblo lo estimaban como un santito Cursó sus estudios teológicos en el seminario de Chieri y en 1833 fue ordenado sacerdote. Cuatro meses más tarde se estableció en el "Convitto Ecclesiastico", para perfeccionar su formación sacerdotal y pastoral. Permanecerá allí por toda su vida, llegando a ser el Rector.
Director espiritual
En el Convitto se respirada la espiritualidad de San Ignacio de Loyola y las orientaciones pastorales y teológicas de San Alfonso Maria de Ligorio. Se cuidaba la enseñanza con gran atención y se trataba de formar buenos confesores y predicadores capaces. José estudió y profundizó a San Francisco de Sales que luego trasmitirá especialmente a un estudiante: Juan Bosco. Cafasso, su director espiritual entre 1841 y 1860, contribuyó a formar y orinetar la personalidad y la espiritualidad de Don Bosco. Fue típica de su enseñanza la valoración del deber diario como un camino hacia la santidad. Como también atestiguó el fundador de los Salesianos: "la extraordinaria virtud de Cafasso fue la de practicar constantemente y con fidelidad maravillosa las virtudes ordinarias”.
Apóstol de los pobres
Siempre atento a las necesidades de los últimos, visitaba y apoyaba a los más pobres, aún economicamente, llevándoles el consuelo proveniente de su ministerio sacerdotal. Su apostolado también consistía en el acompañamiento espiritual a los encarcelados y aquellos condenados a muerte, a tal punto que era definido como el sacerdote de los presos. Prudente y reservado, maestro de espíritu, fue director espiritual de sacerdotes, laicos, políticos, fundadores.
Perla del clero italiano
Pío XI lo definió la perla del clero italiano. Padre Cafasso sostuvo aún materialmente a Don Bosco y a la congregación salesiana desde sus inicios. Después de una breve enfermedad murió el 23 de junio de 1860, cuando tenía apenas 49 años. Fue beatificado en 1925 y canonizado por Pío XII en 1947, quien lo reconoció como un “modelo de vida sacerdotal, padre de los pobres, consuelo de los enfermos, alivio de los prisioneros, salvador de los condenados al patíbulo”. El mismo Papa, en su encíclica Menti Nostrae del 23 de septiembre de 1950, lo propuso como un modelo de sacerdote.
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