sábado, 20 de agosto de 2011

Tres pasos para conocer a Don Bosco


 
 
“La historia es algo muy importante para dejarla únicamente en las manos de los históricos”, escribí en febrero de 1983 en ANS. El último Capítulo General (2008) lo reconoció cuando tituló “Volver a partir de Don Bosco” en su primer núcleo de reflexión. Lo retoma ahora con mayor fuerza el Rector Mayor, el cual pide que el primer año del trienio de preparación al bicentenario del nacimiento de Don Bosco (2011-2012) sea dedicado al conocimiento de su historia (los otros dos en cambio respectivamente sobre el conocimiento de su pedagogía (2012-2013) y su espiritualidad (2013-2014).
 
El problema sin embargo es: ¿cuál Don Bosco? Sabiendo que de Don Bosco existen decenas de imágenes en libros, revistas, periódicos, video casetes, películas, ficción. El Rector Mayor en la presentación del Aguinaldo 2012 ha hecho su elección: “El Don Bosco de la historia y en la historia de su tiempo”, desde el momento que “el acercamiento a Don Bosco, hecho con los métodos de la búsqueda histórica, nos han llevado a comprender y medir su grandeza humana y cristiana, su genialidad operativa, sus dotes como educador, su espiritualidad, su obra, plenamente comprensible sólo si está profundamente radicada en la historia de la sociedad en la cual vivió”. A mi juicio los salesianos deberían hacer tres pasos de aquí en adelante.

Primero deberían ir de nuevo a las fuentes genuinas, seguras, es decir a los textos auténticos de Don Bosco, a sus escritos, editados por él o por sus hijos, on line o en papel. No existe dificultad en la elección, gracias también al trabajo del Instituto Histórico Salesiano: los escritos pedagógicos más importantes de Don Bosco están a disposición en edición crítica, lo mismo puede decirse de las Constituciones por él elaboradas y aprobadas por los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, la introducción a ellas, las notas históricas de la sociedad salesiana, la situación disciplinar en Valdoco durante los años setenta y ochenta, más de la mitad de su epistolario y otros textos críticos publicados en “Investigaciones Históricas Salesianas”. En internet  se pueden consultar todas las “Obras editadas” como aparecieron en su tiempo en edición facsímil.

El Rector Mayor, que en el Aguinaldo  2012 invita a leer y estudiar las Memorias del Oratorio (MO), seguramente se refiere a toda la Familia salesiana y de modo particular a los jóvenes y a cuántos quieren acercarse por primera vez a Don Bosco; no ciertamente a los Salesianos, Hijas de María Auxiliadora que de ese texto, más narrativo que histórico, más pedagógico-espiritual que autobiográfico, deberían estar ya fascinados en su tiempo (así como hoy los espectadores de los modernos productos televisivos de fácil uso).

 Demasiado frecuente se olvida que la maravillosa historia de la infancia de Don Bosco, de su juventud, de sus primeras experiencias apostólicas en Valdoco no son todo Don Bosco, al contrario; tanto más que Don Chávez invita a “conocerlo como educador y pastor, fundador, guía y legislador”. Entonces no podemos olvidar temáticas ausentes en las Memorias del Oratorio: el Don Bosco real y no ideal de Valdoco, la construcción de la iglesia de María Auxiliadora y el “Fenómeno Mariano”, que sigue, el proyecto y la fundación de la sociedad salesiana, el Instituto de las FMA, la Asociación de Cooperadores, la colegialización y la difusión de la Obra Salesiana, la realización del sueño misionero (que ni siquiera se nombra en las Constituciones aprobadas un mes antes), la serie de publicaciones editoriales de carácter educativo-religioso y escolástico-cultural; y todavía el Don Bosco que va más allá de la “política del Padre nuestro” en Italia y Argentina, sus relaciones con los papas, la Santa Sede, los obispos, la idea y la publicación del Boletín Salesiano, la formación de los colaboradores, la búsqueda de recursos económicos, las vocaciones… Un dinamismo impresionante que identifica la obra salesiana, y que Don Bosco “actualiza” constantemente.

Pero hay un segundo paso por hacer: es aquél de ir a las fuentes – también las más seguras y válidas- en el sentido de superar cuánto presentan a primera vista, no una lectura epidérmica y banal. De Don Bosco es necesario conocer las ideas y las estructuras mentales, los valores propios o adquiridos, el lenguaje escrito y hablado, el modo de actuar y de reaccionar… La lectura teológica de las fuentes se amplía con la social, económica y política. Lo sobrenatural debe “tener en cuenta” los elementos y factores naturales. Don Bosco no es una “isla” en el mar de su tiempo. En este sentido nos ayudan los estudios de los históricos, que gracias a Dios no han faltado en los últimos cuarenta años, cada uno con su modo particular de acercarse a las fuentes. Me limito a indicar dos volúmenes, los de Pietro Braido (Don Bosco sacerdote de los jóvenes en el siglo de las libertades, Roma, LAS 20093) traducidos a varias lenguas, que recogen lo mejor de los estudios anteriores, afronta todos los aspectos de la situación histórica y la personalidad de Don Bosco, ofrece amplias citas de sus textos más importantes. Cada uno de los capítulos facilita la profundización, gracias a la rica bibliografía que no ha pasado por alto la advertencia del León XIII: “Veritas non indiget mendaciis nostris”, y también: “Primam esse historiae legem, ne quid falsi dicere audeat, deinde ne quid veri non audeat”.

El tercer paso es leer los temas del Don Bosco histórico, de cualquier carácter (religioso, moral, dogmático, político, cultural, económico...) con referencia a análogas problemáticas y hechos recientes, donde puedan ser útiles a nuestro presente. El Rector Mayor en su Aguinaldo dedica  una atenta reflexión: “La imagen de Don Bosco y de su acción debe ser reconstruida seriamente, a partir de nuestro horizonte cultural: desde la complejidad de la vida de hoy, de la globalización, de las dificultades de apostolado, desde la disminución de las vocaciones, del “interrogante en cuestión” sobre la vida consagrada”.

El carisma, para usar un término polivalente, debe ser “reinterpretado” para que no permanezca como un “fósil precioso”. Las “preguntas” de la comunidad salesiana, de la comunidad eclesial, del contexto socio-cultural no pueden ser considerados como algo “extraño” a la historia Don Bosco. En este punto se comprende que no se trata de estudiar sólo el fundador, sino también los “hijos”, o sea la tradición.  Se puede decir que es la tradición la que ayuda a identificar y a explicar en lenguaje actual un “núcleo” de valor constante dentro de los conceptos “históricos”, siempre sujetos a los ambientes socio culturales que los ha creado. El saber cómo nuestro pasado ha hecho suyas las inspiraciones de Don Bosco, cómo ha asumido sus motivaciones y decisiones, cómo respondió a las necesidades juveniles de su tiempo, nos ayuda a entrar en el llamado “círculo hermenéutico”. Entonces la historiografía salesiana local, la historia de las Inspectorías, de las casas, de cada uno de hermanos, de su obra educativa tienen su peso. Para América Latina el Instituto histórico ha publicado varias e importantes fuentes, como los epistolarios del padre Bodrato, el padre Tomaris, el padre Lasagna, las relaciones de la visita del padre Albera a las Américas en el inicio del siglo XX y otros textos de las misiones salesianas….

Lo histórico, cuando ha comprendido, indicado y explicado el contexto, los eventos, las causas y consecuencias, ha concluido su tarea. En este punto, después de la interpretación “histórica” debe seguir la “existencial”, aquella que como ejemplo debe afrontar los cinco puntos de referencia y trabajos prácticos sugeridos por el Rector Mayor en el Aguinaldo del próximo año. Esta es obra de todos, o sea de teólogos, espiritualistas, pedagogos, expertos de ciencias humanas, históricos, Capítulos Generales, Rector Mayor, cada hermano, hombres de Dios… Ninguno está excluso: Salesianos, Hijas de María Auxiliadora, Cooperadores, Exalumnos, grupos  y miembros de la Familia salesiana. Y vale para los estudios, las reflexiones y opciones no sólo de este primer año, sino de todo el trienio preparatorio al evento  del 2015.

Francesco Motto

sábado, 13 de agosto de 2011

Hacia el Bicentenario, tres pasos para conocer a Don Bosco

Foto del artículo -RMG – HACIA EL BICENTENARIO, TRES PASOS PARA CONOCER A DON BOSCO

(ANS – Roma) – A pocos días del inicio del trienio de preparación al bicentenario del nacimiento de Don Bosco, ANS pidió al padre Francesco Motto, Director del Instituto Histórico Salesiano, de ofrecer algunas sugerencias para conocer mejor la figura del santo turinés.

El conocer a Don Bosco es uno de los temas más queridos por el Rector Mayor, Don Pascual Chávez. Asumido como compromiso en el primer núcleo del Capítulo General 26 – Retornar a Don Bosco – el trabajo ha sido re-propuesto a los Salesianos en la carta enviada el 31 de enero pasado en la cual se presentaba el camino de preparación al 2015; un conocimiento de la historia, de la pedagogía y de la espiritualidad.

La sugerencia del padre Motto - disponible en la sesión Service de ANS – no se limita sólo al conocimiento del dato histórico y, retomando el camino trazado por el Superior de los Salesianos, considera también el ámbito pedagógico y espiritual.

Partiendo dde la pregunta: cuál Don Bosco? “Sabiendo que de Don Bosco existen decenas de imágenes en libros, revistas, periódicos, video casetes, películas, ficción. El Rector Mayor en la presentación del Aguinaldo 2012 ha hecho su elección: “El Don Bosco de la historia y en la historia de su tiempo”, desde el momento que “el acercamiento a Don Bosco, hecho con los métodos de la búsqueda histórica, nos han llevado a comprender y medir su grandeza humana y cristiana, su genialidad operativa, sus dotes como educador, su espiritualidad, su obra, plenamente comprensible sólo si está profundamente radicada en la historia de la sociedad en la cual vivió”.

Para el padre Motto tres pasos por hacer para conocer mejor a Don Bosco
  • Retornar a las fuentes genuinas, seguras, es decir a los textos auténticos de Don Bosco, a sus escritos, editados por él o por sus hijos, on line o en papel;
  • ir a las fuentes – también las más seguras y válidas- en el sentido de superar cuánto presentan a primera vista, no una lectura epidérmica y banal. De Don Bosco es necesario conocer las ideas y las estructuras mentales, los valores propios o adquiridos, el lenguaje escrito y hablado, el modo de actuar y de reaccionar… La lectura teológica de las fuentes se amplía con la social, económica y política. Lo sobrenatural debe “tener en cuenta” los elementos y factores naturales. Don Bosco no es una “isla” en el mar de su tiempo;
  • leer los temas del Don Bosco histórico, de cualquier carácter (religioso, moral, dogmático, político, cultural, económico...) con referencia a análogas problemáticas y hechos recientes, donde puedan ser útiles a nuestro presente.
El padre Motto concluye su aporte diciendo que Lo histórico, cuando ha comprendido, indicado y explicado el contexto, los eventos, las causas y consecuencias, ha concluido su tarea. En este punto, después de la interpretación “histórica” debe seguir la “existencial”.







viernes, 5 de agosto de 2011

Transfiguración de Jesús

Transfiguración de Jesús
Transfiguración de Jesús
Se celebra un momento muy especial de la vida de Jesús: cuando mostró su gloria a tres de sus apóstoles. Nos dejó un ejemplo sensible de la gloria que nos espera en el cielo.

Un poco de historia

Jesús se transfiguró en el monte Tabor, que se se encuentra en la Baja Galilea, a 588 metros sobre el nivel del mar.

Este acontecimiento tuvo lugar, aproximadamente, un año antes de la Pasión de Cristo.
Jesús invitó a su Transfiguración a Pedro, Santiago y Juan. A ellos les dio este regalo, este don.

Ésta tuvo lugar mientras Jesús oraba, porque en la oración es cuando Dios se hace presente. Los apóstoles vieron a Jesús con un resplandor que casi no se puede describir con palabras: su rostro brillaba como el sol y sus vestidos eran resplandecientes como la luz.

Pedro quería hacer tres tiendas para quedarse ahí. No le hacía falta nada, pues estaba plenamente feliz, gozando un anticipo del cielo. Estaba en presencia de Dios, viéndolo como era y él hubiera querido quedarse ahí para siempre.

Los personajes que hablaban con Jesús eran Moisés y Elías. Moisés fue el que recibió la Ley de Dios en el Sinaí para el pueblo de Israel. Representa a la Ley. Elías, por su parte, es el padre de los profetas. Moisés y Elías son, por tanto, los representantes de la ley y de los profetas, respectivamente, que vienen a dar testimonio de Jesús, quien es el cumplimiento de todo lo que dicen la ley y los profetas.

Ellos hablaban de la muerte de Jesús, porque hablar de la muerte de Jesús es hablar de su amor, es hablar de la salvación de todos los hombres. Precisamente, Jesús transfigurado significa amor y salvación.

Seis días antes del día de la Transfiguración,
Transfiguración de Jesús
Transfiguración de Jesús
Jesús les había hablado acerca de su Pasión, Muerte y Resurrección, pero ellos no habían entendido a qué se refería. Les había dicho, también, que algunos de los apóstoles verían la gloria de Dios antes de morir.

Pedro, Santiago y Juan experimentaron lo que es el Cielo. Después de ellos, Dios ha escogido a otros santos para que compartieran esta experiencia antes de morir: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, Santa Teresita del Niño Jesús y San Pablo, entre otros. Todos ellos gozaron de gracias especiales que Dios quiso darles y su testimonio nos sirve para proporcionarnos una pequeña idea de lo maravilloso que es el Cielo.

Santa Teresita explicaba que es sentirse “como un pajarillo que contempla la luz del Sol, sin que su luz lo lastime.”

¿Qué nos enseña este acontecimiento?
  • Nos enseña a seguir adelante aquí en la tierra aunque tengamos que sufrir, con la esperanza de que Él nos espera con su gloria en el Cielo y que vale la pena cualquier sufrimiento por alcanzarlo.



  • A entender que el sufrimiento, cuando se ofrece a Dios, se convierte en sacrificio y así, éste tiene el poder de salvar a las almas. Jesús sufrió y así se desprendió de su vida para salvarnos a todos los hombres.
    A valorar la oración, ya que Jesús constantemente oraba con el Padre.



  • A entender que el Cielo es algo que hay que ganar con los detalles de la vida de todos los días.



  • A vivir el mandamiento que Él nos dejó: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”.



  • Habrá un juicio final que se basará en el amor, es decir, en cuánto hayamos amado o dejado de amar a los demás.

    Dios da su gracia a través de la oración y los sacramentos. Su gracia puede suplir todas nuestras debilidades.

    Consulta también Transfiguración de Jesús de Jesús Martí Ballester

    lunes, 1 de agosto de 2011

    BEATO AUGUSTO CZARTORYSKI (1858-1893)


    Linaje real
    Augusto Czartoryski nació en Paris el 2 de agosto de 1858, del hogar exiliado del Príncipe Polaco Ladislaw y la Princesa María Amparo, hija de la Reina de España. Esta familia noble, ligada a la nobleza polaca, había emigrado a Francia treinta años antes.

    Pero sin inclinación a la pompa
    Desde su exilio, el Príncipe Ladislaw había buscado restaurar la unidad en su país el que se había dividido en 1795. Cuando tenía seis años, Augusto perdió a su madre. Margarita de Orleáns tomó su lugar. Ella era la hija del Conde de París, pretendiente del trono de Francia. Desde temprana edad, Augusto demostró ser un niño bueno y pensativo. A pesar de sentirse muy ligado a su querida Polonia, nunca se sintió atraído por la vida cortesana. La acción de la gracia en su alma, lo desinteresó de los bienes terrenales y le otorgó una vida espiritual seria.

    Conoce un director espiritual
    Entre los 10 y los 17 años estudió en Paris y en Krakow, pero su salud lo obligó a interrumpir sus estudios y viajar al sur de Europa frecuentemente en busca de un clima mejor. En esa época la Providencia colocó a José Kalinowski en su vida, quien prudentemente lo guió no sólo en sus estudios, sino particularmente en su vida espiritual. Después Kalinowski se convirtió en Carmelita. Hoy es venerado en la Iglesia como Santo.

    Encuentro con Don Bosco
    El tutor describió a su alumno como un joven con un carácter estable, alma buena, perfectamente cortés, sincero, inteligente y muy religioso, pero con un corazón sencillo. En mayo de 1833 Don Bosco fue a Francia. Fue invitado al Palacio Lambert por la Princesa Margarita de Orleáns. Augusto hizo de monaguillo en su Misa y el Santo le dijo: “Había querido conocerte desde hace algún tiempo!”. Al príncipe lo impresionó este encuentro. Después de ello fue varias veces a Turín a encontrarse con Don Bosco. Le insistió para ser aceptado en los Salesianos, pero el Fundador no estaba convencido. Augusto habló con el Papa León XIII, quien invitó a Don Bosco a que lo aceptara.

    Noviciado – después con Andrés Beltrami
    En julio de 1887, después de haber renunciado a los bienes mundanos y a toda posibilidad del trono, ingresó al noviciado contra los deseos de la familia. Tenía 29 años. En sus esfuerzos para adaptarse al Oratorio y a su estilo de vida, se convirtió en el más humilde de los novicios. Don Bosco, casi en su lecho de muerte, bendijo su hábito religioso. Inició sus estudios de filosofía. Pronto se enfermó de tuberculosis. En la casa de Valsalice, Turín, conoció al Venerable Andrés Beltrami. Ambos desarrollaron una profunda amistad espiritual cuando Andrés cuidó a Augusto durante su enfermedad.

    Su familia no estaba feliz
    Entre tanto Don Rua le permitió estudiar teología y lo admitió en el Orden Sagrado. Cuando fue ordenado sacerdote en San Remo, el 2 de abril de 1892, su familia estuvo ausente; habían hecho muchos esfuerzos para que él dejara la congregación.

    La enfermedad cobra su víctima
    Augusto tomó plenamente la espiritualidad Salesiana, especialmente en lo concerniente al sacrificio y ofreció su vida y sus sufrimientos por el bien de los jóvenes y de la Congregación al igual que lo hizo Don Bosco. El Padre Augusto murió en Alassio el 8 de abril de 1893, el día Sábado de la Octava de Pascua. “Qué Pascua tan maravillosa!” había dicho. Tenía 35 años de edad. Juan Pablo II, el Papa polaco, tuvo la dicha de declararlo Beato el 25 de abril de 2004. Su cuerpo es venerado en Przemysl, Polonia.