Augusto Czartoryski nació en Paris el 2 de agosto de 1858, del hogar exiliado del Príncipe Polaco Ladislaw y la Princesa María Amparo, hija de la Reina de España. Esta familia noble, ligada a la nobleza polaca, había emigrado a Francia treinta años antes.
Pero sin inclinación a la pompa
Desde su exilio, el Príncipe Ladislaw había buscado restaurar la unidad en su país el que se había dividido en 1795. Cuando tenía seis años, Augusto perdió a su madre. Margarita de Orleáns tomó su lugar. Ella era la hija del Conde de París, pretendiente del trono de Francia. Desde temprana edad, Augusto demostró ser un niño bueno y pensativo. A pesar de sentirse muy ligado a su querida Polonia, nunca se sintió atraído por la vida cortesana. La acción de la gracia en su alma, lo desinteresó de los bienes terrenales y le otorgó una vida espiritual seria.
Conoce un director espiritual
Entre los 10 y los 17 años estudió en Paris y en Krakow, pero su salud lo obligó a interrumpir sus estudios y viajar al sur de Europa frecuentemente en busca de un clima mejor. En esa época la Providencia colocó a José Kalinowski en su vida, quien prudentemente lo guió no sólo en sus estudios, sino particularmente en su vida espiritual. Después Kalinowski se convirtió en Carmelita. Hoy es venerado en la Iglesia como Santo.
Encuentro con Don Bosco
El tutor describió a su alumno como un joven con un carácter estable, alma buena, perfectamente cortés, sincero, inteligente y muy religioso, pero con un corazón sencillo. En mayo de 1833 Don Bosco fue a Francia. Fue invitado al Palacio Lambert por la Princesa Margarita de Orleáns. Augusto hizo de monaguillo en su Misa y el Santo le dijo: “Había querido conocerte desde hace algún tiempo!”. Al príncipe lo impresionó este encuentro. Después de ello fue varias veces a Turín a encontrarse con Don Bosco. Le insistió para ser aceptado en los Salesianos, pero el Fundador no estaba convencido. Augusto habló con el Papa León XIII, quien invitó a Don Bosco a que lo aceptara.
Noviciado – después con Andrés Beltrami
En julio de 1887, después de haber renunciado a los bienes mundanos y a toda posibilidad del trono, ingresó al noviciado contra los deseos de la familia. Tenía 29 años. En sus esfuerzos para adaptarse al Oratorio y a su estilo de vida, se convirtió en el más humilde de los novicios. Don Bosco, casi en su lecho de muerte, bendijo su hábito religioso. Inició sus estudios de filosofía. Pronto se enfermó de tuberculosis. En la casa de Valsalice, Turín, conoció al Venerable Andrés Beltrami. Ambos desarrollaron una profunda amistad espiritual cuando Andrés cuidó a Augusto durante su enfermedad.
Su familia no estaba feliz
Entre tanto Don Rua le permitió estudiar teología y lo admitió en el Orden Sagrado. Cuando fue ordenado sacerdote en San Remo, el 2 de abril de 1892, su familia estuvo ausente; habían hecho muchos esfuerzos para que él dejara la congregación.
La enfermedad cobra su víctima
Augusto tomó plenamente la espiritualidad Salesiana, especialmente en lo concerniente al sacrificio y ofreció su vida y sus sufrimientos por el bien de los jóvenes y de la Congregación al igual que lo hizo Don Bosco. El Padre Augusto murió en Alassio el 8 de abril de 1893, el día Sábado de la Octava de Pascua. “Qué Pascua tan maravillosa!” había dicho. Tenía 35 años de edad. Juan Pablo II, el Papa polaco, tuvo la dicha de declararlo Beato el 25 de abril de 2004. Su cuerpo es venerado en Przemysl, Polonia.
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