-¿Cómo te llamas?
-Pecador.
-¿De dónde vienes?
-Fui concebido en pecado
-¿A dónde vas?
-A rendir cuenta de mis pecados.
-¿Cuáles son, pues, tus obras?
-Pecados.
-¿Posees algo más?
-Los frutos del pecado. El miedo, la tristeza. La seguridad de que he de morir. El hambre y la sed.
-¿Nada más?
-Sí, el deseo de ser perdonado. Y la esperanza quizás.
-¿Cómo te llamas?
-Hijo de Dios.
-¿De dónde vienes?
-De las manos de Dios Padre.
-¿A dónde vas?
-Al seno de Dios Padre.
-¿Cuáles son tus obras?
-Pasos y pasos en este camino desde Dios hasta Dios. Camino de muchos rodeos inútiles y tristes.
-¿Posees algo más?
-Los frutos de la redención. La esperanza. La alegría. La seguridad de que he de resucitar.
-¿Nada más?
-Si el miedo, la tristeza, el hambre y la sed, el terror a la muerte...Igual que Jesucristo, hermano mío mayor. (J.M Cabodevilla)
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